viernes, 3 de mayo de 2019

POR QUÉ EMPECÉ A COMPONER LÁMINAS CONCEPTUALES Y LO QUE ESTOY DESCUBRIENDO CON ELLAS


Estoy convencido de que el conocimiento serio, útil y placentero exige estudio sistemático y concentrado, que sólo se consigue con una dedicación continuada durante tiempos prolongados. No obstante ello, he compuesto numerosas ‘láminas conceptuales’ en las que caben apenas 120 palabras. Comencé a escribirlas al comprobar que la inmensa mayoría de las personas no sobrepasan esa capacidad de lectura, en medio de sus múltiples actividades, distracciones y ‘mensajes’ que reciben cotidianamente. Pensé que de algo servirían las ideas expuestas en ese formato.

Pues bien, el esfuerzo de síntesis que me exige elaborar esas láminas constituye un gran desafío, y me está resultando muy interesante. Se trata de crear y componer pequeñas obras intelectuales que contengan contenidos de alto valor y de fácil comprensión. Pues, para cumplir el objetivo, cada lámina debe resultar clara, distinta y completa, constituyendo una unidad, y comunicar algo relevante y no superficial. Aquí un ejemplo de esas láminas.

El trabajo consiste en exponer en cada lámina un concepto. Un concepto, que no es lo mismo que una definición. Las definiciones son estáticas, y se refieren a los términos, a las palabras. Un concepto tiene sentido por la realidad que comprende y muestra, y su elaboración requiere el que Hegel entendía como “el duro trabajo del concepto”, que implica captar relaciones, interacciones, movimientos y procesos. De hecho, componer una lámina me ocupa bastante tiempo. (Me pregunto cuánto necesitarían los lectores de ellas para descubrir todo lo que cada una contiene).

Soy autor de libros y profesor de cursos. Los libros y los cursos son formatos adecuados para exponer el conocimiento comprensivo y el pensamiento complejo. En los libros y cursos es posible argumentar las afirmaciones, fundamentarlas en la experiencia, conectar unas ideas con otras, desplegar y demostrar la coherencia entre los distintos conceptos, comunicar aprendizajes y saberes cuyo entendimiento implica dedicación al estudio, concentración, atención continuada.

En la actualidad, muy pocos leen libros, especialmente si son voluminosos, y pocos también destinan los tiempos necesarios para realizar cursos libres que implican una dedicación sostenida.

Pues bien, la elaboración y composición de las Láminas conceptuales, cada una de las cuales debe constituir una obra completa en sí misma, me está permitiendo un descubrimiento de sumo interés. Las Láminas, dispuestas como imágenes de un álbum en que se las puede ordenar, desordenar y darles sucesivamente diversos reordenamientos, me han llevado a encontrar nuevas conexiones entre conceptos e ideas correspondientes a diferentes temas, problemas y niveles del conocimiento.

Combinar y recombinar estas láminas es como un juego creativo, que incita el pensamiento llevándolo a nuevas ampliaciones y profundidades, porque las nuevas conexiones entre esas ideas, conceptos y conocimientos, no aparecen solas sino que requieren ser descubiertas y creadas activamente, trabajo del que surgen nuevas articulaciones e integraciones, que ponen en evidencia la complejidad y comprensividad del saber.

Para permitir y facilitar este “juego creativo”, he abierto un nuevo blog – LÁMINAS CONCEPTUALES de Luis Razeto –  aquí: www.laminasconceptuales.blogspot.com.  Ahí estoy dejando mis láminas, para el que quiera ayudarse con ellas para pensar.

Sin duda el trabajo intelectual es fascinante. Los antiguos filósofos hablaban de la líbido sciendi, el placer (eros) del conocimiento. (Lo dejo hasta aquí porque ya me estoy pasando de dos páginas y eso ya es pecado. La vida moderna es muy terrible: no nos deja tiempo para el goce y el ocio creativo.)

Luis Razeto