viernes, 12 de julio de 2019

¡TOMÉMOSNOS EL PODER!


Ningún Presidente está en condiciones de hacer algo importante por una vida nueva y mejor para cada uno y para todos; ni para una nueva civilización creativa, autónoma y solidaria, porque todos ellos están 'descentrados', hetero-dirigidos, fuertemente condicionados por la civilización en la que están inmersos, sumergidos. No tienen el poder que tanto han perseguido, puesto que sólo han alcanzado 'la apariencia del poder' (y los placeres y trabajos asociados a ese rol).
Dejemos entonces de creer que es muy importante quién gane las próximas elecciones. Sea el que sea que gane, no realizará los cambios profundos que esperamos. No nos desgastemos demasiado quejándonos en nuestros círculos privados cuando los presidentes y los parlamentos deciden cosas que no nos gustan, que nos parecen abusivas. No depende de ellos que lo hagan, no tienen poder suficiente para hacer otra cosa. Están demasiado condicionados.
¿Qué hacer?
Debemos independizarnos. Más aún: ¡tomémosnos el poder!
El poder que está en nosotros mismos, en nuestra creatividad, en nuestra autonomía, en nuestra solidaridad.
Tomémosnos todo nuestro poder, y no lo deleguemos más en quienes se hacen llamar 'la autoridad', la 'clase política', los 'dirigentes': gobernantes, presidentes, señores importantes.
Tomémosnos el poder, el nuestro, cada uno el suyo.
Cuidémonos, sí, de no tomarnos el poder de otro, de nuestra compañera, de nuestro hijo, de nuestros amigos, de nuestros vecinos, de nadie que no seamos nosotros mismos, porque eso sería un abuso, un abuso de poder, que debemos considerar inaceptable. Como inaceptable es que otros ejerzan poder sobre nosotros, que nos dominen, que limiten nuestra creatividad, autonomía, solidaridad.
Tomémosnos todo nuestro poder.
Una vez recuperado el poder, nos daremos cuenta que en realidad es mucho, que tenemos un poder enorme.
Tendremos tanto poder como el que se requiere para dirigirnos a nosotros mismos. Tanto como el que se necesita para iniciar una vida nueva, y la creación de una nueva civilización a partir de nosotros mismos.
Que es mucho más que el poder que tienen los presidentes, los ministros, los delegados gubernamentales, los candidatos, y todos los que están inmersos, sumergidos, subordinados, sometidos, al 'orden social' imperante. A lo más, ellos pueden decidir sobre una u otra ley, modificarla en parte, redactarla de un modo u otro, y poco más que éso.
¡Tomémosnos de una vez el poder!
No el pseudo-poder que supuestamente reside en la casa de gobierno, en el parlamento, en los tribunales. No, tomémosnos el verdadero poder, el que está en nosotros mismos, el que debemos recuperar urgentemente. Y creemos y organicemos con él, con nuestro poder recuperado, en y desde nosotros mismos, una vida nueva, una vida buena, el comienzo de una nueva civilización.
Está en nosotros hacerlo. Nadie puede impedírnoslo, a menos que se lo permitamos nosotros mismos, aceptando tener los miedos que quieren crearnos, asumiendo los comportamientos consumistas y dependientes que desean que adoptemos, pensando y sintiendo como la publicidad quiere que pensemos y sintamos. Sometidos son los que se someten. Subordinados los que se subordinan, a menudo sin saberlo.
La independencia respecto al poder ajeno y externo que nos descentra y marginaliza, y la conquista del poder personal que nos instala en el centro del mundo - en "un vértice inaccesible al campo adversario" como dice Gramsci, que agrega de corrido "y adversario es a veces todo el pasado" -, es una gesta interior, no fácil pero posible, a nuestro alcance.
Supone, implica, exige, encontrarnos con nosotros mismos, en un espacio interior que es sólo nuestro, en el cual proclamar nuestra independencia, y de ahí en adelante, defenderla, no permitiendo ya más que nos sometan, que nos instrumentalicen, que decidan por nosotros, que nos marginalicen.
¡Tomémosnos el poder! Silenciosamente. (Porque esto requiere silencio interior, y poesía, y música, y estudio, y conocimiento, y amor, y espiritualidad, o sea todo aquello que nos hace verdaderamente humanos: creativos, autónomos y solidarios).
Sólo después de tomarnos el poder, o más exactamente dicho, en el proceso mismo de recuperarlo, de desarrollarlo, juntos con otros, apoyándonos unos a otros, podremos crear las familias, comunidades, organizaciones, instituciones, empresas, etc. de hombres y mujeres libres y conscientes, que constituyen una nueva y superior civilización.
Luis Razeto
PROFUNDIZA